El jueves 28 de noviembre, en el marco de nuestros festejos por cumplir 18 años, inauguramos dos grandes murales en homenaje a Carlos Páez Vilaró.
Las obras, que se extienden por calle Maciel, celebran la vida y la trayectoria de uno de los artistas uruguayos más reconocidos; fueron creadas por los artistas: Verónica Gazzarata (MIN8) y Bruno Rosa (Berde14).
Muralismo urbano
Este homenaje, a través del muralismo urbano, fusiona el arte con la historia y la cultura de nuestro país. El Museo del Carnaval ya cuenta con murales en el interior, de mujeres del carnaval de Uruguay pintadas por artistas mujeres, lo que termina conformando, junto a estas nuevas obras inspiradas en Páez Vilaró, una galería al aire libre que promueve la interacción ciudadana y el turismo cultural. Un patrimonio que democratiza la cultura y despierta emociones al revalorizar a importantes figuras. Una parada obligatoria para nuestros habitantes y para visitantes.
Bancos con mosaicos
A la inauguración de los murales se suman dos bancos con mosaicos. Uno desarrollado como parte de una investigación académica, con alumnos del Taller de Mosaicos del Uruguay, que tiene detalles de un mosaico de Páez Vilaró, de 1957, ubicado en el edificio Eolo, en Cebollati y Gaboto. Una obra cargada de símbolos del carnaval, como las ropas colgadas de los conventillos; la mamá vieja; el gramillero; la luna y la estrella, entre otros. Y otro banco que se inspira en el sol en Aries como elemento que representa el cierre de un ciclo y el inicio de una nueva fase, de nuevos sueños para el carnaval.
Se contó con la presencia de José Cozzo, en representación de la Comisión Honoraria del Fideicomiso del museo; de Agó Páez, hija del artista, y de los muralistas participantes. Cozzo destacó el crecimiento y las mejoras del museo. Páez recordó los inicios de su padre, la influencia del candombe y el surgimiento de su arte, «tu sol sigue brillando», dijo. Bruno Rosa y Verónica Gazzarata mencionaron su investigación para la creación de los murales y su vínculo con la obra de Carlos Páez Vilaró. Al cierre de la oratoria José Cozzo invitó a apreciar los murales y los bancos con mosaicos.
Esta inauguración fue también una oportunidad para visitar la exposición del museo La pasión inesperada: el candombe en la vida de Páez Vilaró, una invitación a descubrir al Páez Vilaró comparsero, el que escribió canciones para las comparsas, aprendió a tocar el tambor en las calles, se subió a cantar a los tablados de carnaval y definió el sentido de su obra plástica a partir de su vínculo con el candombe.
Carlos Páez Vilaró
Nació en Montevideo en 1923. En su juventud vivió en Buenos Aires donde se vinculó al medio de las artes gráficas. A su regreso a Uruguay, en la década de 1940, motivado por el candombe y relacionado estrechamente a la vida del conventillo Mediomundo, pintó cientos de cuadros, compuso canciones para comparsas, decoró tambores y tocó en distintas cuerdas candomberas.
Su espíritu aventurero y la necesidad de aprender más sobre la cultura negra lo llevaron a recorrer América y África, plasmando lo vivido en cuadros, murales, esculturas, cerámicas, libros y películas. Venerar al sol fue otra de sus obsesiones, siendo sus soles un sello de identidad ineludible en su obra.
Creador incansable, obtuvo múltiples reconocimientos y se transformó con el paso del tiempo en una de las personalidades más populares de nuestro país. Falleció en 2014 en Punta Ballena, Maldonado, lugar donde se encuentra Casapueblo, su emblemática obra habitable, uno de los íconos de Uruguay.
La realización de estos murales cuenta con el apoyo de la Comisión interministerial de Apoyo al Tango y al Candombe (Ciatyc) e INCA.
Murales en homenaje a Carlos Páez Vilaró
Museo del Carnaval, Rambla 25 de agosto de 1825 y Maciel